Las palabras por si solas no dañan
son tu piel y tu mirada
las que enjuician mi silencio.
Hay palabras y hay asesinos de palabras y ellas por si solas no son nada
pero en tu boca... me matan.
Y ya no son el fin, ni son un medio,
ni son nada entre ellas no...
¿pero en tu piel?
En un mundo que las palabras dominan
me nombro dios, o bien un pecador
la victima, el asesino,
o un mendigo de tu ultima lagrima.
Asi del silencio me hablan
y me gritan tu nombre.
Si sigo buscando ese poema
es que espero de tu piel el jugo eterno.
Hay palabras que olvide en el camino.
Hay silencios.
En un mundo que las palabras dominan,
y en nuestro mundo,
me nombro el mendigo de tu ultima lagrima.
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